El Humanismo

Uno de los ejes fundamentales para entender la base del periodo renacentista es el Humanismo.

Durante la Edad Media, la vida giraba en torno a la idea de Dios, del sufrimiento humano, del cielo y el infierno, en fin, en torno al dogmatismo de la iglesia católica. Durante el Renacimiento, la vida gira en torno al hombre y centra todo su interés en él. Es por esto, que el hombre renacentista, desea estudiar las ciencias, la literatura, la poesía, la pintura, la escultura, la filosofía y todo aquello que tuviese relación con el mundo clásico de la antigua Roma y Grecia. De esta forma la sociedad cambiaba desde un paradigma Teocéntrico a un paradigma Antropocéntrico.

Algunas de las características del movimiento humanista son el resurgimiento de las formas arquitectónicas de orden clásico, la incorporación de antiguas creencias como la mitología y la historia. También se adoptaron elementos simbólicos antiguos. Todo esto por la fijación del hombre renacentista en las leyes que sustentan el arte del mundo clásico.

También aparece una nueva relación con la naturaleza, referente a una concepción ideal y realista de la ciencia. Las matemáticas surgen como una parte vital del arte renacentista, que se preocupa incesantemente de fundamentar racionalmente su ideal de belleza. Las ciencias de la naturaleza se enfocarán en la búsqueda de leyes universales, como fundamento de una verdad natural, tal como en la Antigüedad; no se orientan hacia un conocimiento de una fenómeno casual, sino a la penetración de la idea.


La penetración de las ciencias duras o naturales en el arte, coloca al "hombre como la medida de las cosas", liberándose así de las ataduras medievales, y ubicándolo en un alto rango social.

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